ARTE RUPESTRE- Miguel Angel Sanz Chung

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La lucha del individuo contra la sociedad deshumanizante es un tópico presente en el arte moderno desde hace ya mucho tiempo, y en más de una ocasión ha dado origen a obras de gran magnitud como lo es el clásico “Poeta en Nueva York” de Lorca o, para no solo ubicar este tópico en la poesía, discos como el “Ok Computer” de Radiohead.

Sanz Chung, de una manera que puede ser vista como irónica, lanza su nuevo poemario exclusivamente en plataforma virtual (a través de issu.com). Tal vez esta manera de difusión se emparenta con una de las varias ideas vertidas a lo largo del libro,  la dificultad del poeta para vencer a la “máquina” y cuya única redención final parece ser la de reconciliarse con su naturaleza a través de la muerte.

El poemario se abre de manera espléndida con “Arte Rupestre”, poema que da nombre al conjunto. En este texto Sanz Chung despliega un paralelismo a través de imágenes entre la supuesta vida desarrollada en la que vivimos y la precariedad prehistórica de lo que era (es) vivir en las cavernas. Luego el poemario atraviesa los temas clásicos que se realizan a la hora de cuestionar la vida en una sociedad posmoderna, la desnaturalización de las relaciones interpersonales, la destrucción de la plenitud que debiera alcanzar una pareja (reabriendo el tópico onanista tan famoso en el Eielson de “Noche Oscura del cuerpo”) y la abrazadora sensación de asfixia que el poeta encuentra en todas partes. Durante todo este recorrido el poeta da alusiones a un escape inevitable y a la vez definitivo.

Ahora bien, podemos encontrar algunos textos de peso como el que abre “Arte Rupestre” pero también varios puntos bajos. Lamentablemente solo 3 o 4 poemas pueden ser calificados como memorables, y el resto de poemas, sin necesidad de ser mediocres, no llegan tampoco a ser deslumbrantes. Sanz Chung hubiese logrado un mejor poemario si hubiese suprimido algunos poemas poco contundentes que pululan entre sus brillos. Es por eso que el poemario no es regular y se cubre de altibajos. Sin duda alguna no posee la redondez de anteriores títulos publicados por el ex miembro de la “Sociedad Elefante”. “Arte Rupestre” no logra en su máxima extensión las metas que este proyecto ambiciona. A pesar de estos “baches”, personalmente tanto el tema como la intención me agradaron, recordándome el sonido desencantado y pesado que podemos encontrar en trabajos tan oscuros como este, similares en el tono a poemarios como los de Carlos López Degregori.

Puesto que la idea de progreso no existe, ni se percibe un futuro mejor que el presente en el cual se subvive, es solo la muerte la que libera al poeta, otrora ángel exterminador, y es solo en ese momento cuando el poeta regresa a la anhelada tierra, cubierto de lodo, sucio y humano.

Al Norte de los Ríos del Futuro/ Jerónimo Pimentel

al norte de los rios del futuro

Revisar la poesía peruana desde los años 80s en adelante es por lo general una invitación al desaliento. Y es que han sido tantas las propuestas fallidas de los poetas jóvenes y tan grande el conformismo de prácticamente todos ellos que encontrar un poemario predecible, obvio y retórico es tan fácil como encontrar un crítico despistado “canonizando” a estos poetas.

Durante los años 2000s el lenguaje poético mantuvo un status quo, enmarcado en un canon y estética correspondientes al de al menos tres décadas atrás. Salvo algunas excepciones (Berlin de VG, Présago de Sordoméz) la estética del cánon produjo poemarios aburridos y con falta de riesgo, algo que a primera vista debería ser poco frecuente en un poeta joven. Si es que existió un frente marginal a la mitad de la década pasada (los llamados neobarrocos)  los autores que se englobaron dentro de esta propuesta no pudieron dar la contra al canon entre muchos factores por haberse cerrado en un hermetismo impenetrable que prefiere cerrarse antes de invitar al lector a desmenuzarlo. Comparando a los nuevos neobarrocos con, por ejemplo, la propuesta de Mirko Lauer en “Sobrevivir” nos daremos cuenta como los poemarios de los nuevos distan de la brillantez y entretenimiento que el lector puede conseguir en la lectura de aquel libro ochentero.

En medio de esa desolación aparece “Al Norte de los Ríos del Futuro” cuya publicación con el sello Album del Universo Bakterial ha confirmado las críticas halagadoras que había recibido en su primera edición española (Liliputienses). Pimentel realiza un proyecto diferente y mucho más arriesgado de los que ha elaborado hasta ahora, esto claro sin tomar en cuenta aquel libro publicado en la colección Underwood bajo un seudónimo y que ya daba aviso sobre esta nueva formar de hacer poesía que el autor de “Fragiles Trofeos” estaba avizorando.

ANRF es una suerte de híbrido, que rechaza el agotamiento del coloquialismo y adopta estructuras propias de un ensayo científico, a su vez adaptando el lenguaje filosófico/ narrativo a una poesía cuya concepción estética pareciera la de poder tomar cualquier forma. Como el mismo declaraba al final de “La Forma de los Hombres que vendrán” (Colección Underwood), “Toda palabra es en potencia poesía”

La temática eyectada hacia un futuro muy lejano, escrita por un hombre del siglo XXX revisa las inmensas preguntas celestes que han perseguido a la humanidad durante toda su existencia, desde una voz poética que se encuentra en una completa soledad y efectúa su visión de todo. Distanciado del escenario habla a través de una voz metálica (de sintetizador mogg) dispuesto a revisar fielmente todo lo que ha acontecido y definirá el futuro.

Es difícil encontrar propuestas parecidas dentro de la tradición peruana que sean similares a ANRF. Solo el Verástegui de “Splendor” cuyo afán exploratorio niega la separación entre géneros literarios y concibe como poetisable todo lenguaje puede ser emparentado con el último Pimentel.

A sí mismo es difícil encontrar puntos bajos a este poemario, ya que incluso en sus exploraciones más arriesgadas no pierde el interés del lector que animado ya sea por el discurso del poeta como por la novedad de la forma puede entretenerse al leer textos de una extensión no muy pequeña. A su vez Pimentel demuestra una gran eficacia a la hora de elaborar momentos “psicodélicos” llenos de imágenes deslumbrantes y seductoras.

ANRF es sin duda alguna, el mejor poemario publicado en el Perú desde hace mucho tiempo. Tendríamos que retroceder hasta la primera mitad de los años 90s para encontrar poemarios igual de cohesionados y que demuestren una propuesta redonda y sólida. Arriesgado y jovial, ANRF parece estar destinado a ser un hito y un oasis en medio de la conformista y enmudecida poesía peruana.